Si los demás no te respetan, puede que sea tu problema. Estos siete detalles harán que los demás te valoren más: Primero, no siempre lleves una sonrisa en el rostro; sonreír constantemente es como pedir disculpas. Mantén una expresión facial tranquila y una mirada neutral. La bondad sin límites solo atraerá desprecio. Segundo, haz los movimientos despacio y con calma; los movimientos apresurados revelan nerviosismo. La calma muestra control, lo que significa que conoces bien tu propia fuerza. Tercero, habla de manera concisa y poderosa; lo largo pierde fuerza. Una expresión precisa captura la atención. Debe ser aguda y breve para ser escuchada. Cuarto, menciona el nombre de la otra persona solo una vez. No es necesario repetir ni complacer. Mencionarlo una vez es suficiente para establecer presencia. Quinto, no compartas en exceso; revelar demasiado disipará tu brillo. Mantén partes que son intocables; el misterio genera peso. Sexto, todo comienzo tiene un final. Los que solo hablan se desvanecerán, los que inician desaparecerán; solo quienes persisten serán recordados. Séptimo, mantén tu postura. Las personas siguen la llama, no la zona de confort. Cuando te mantienes firme, ellos lo perciben. Si ignoras estos puntos, nunca te tomarán en serio.
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Si los demás no te respetan, puede que sea tu problema. Estos siete detalles harán que los demás te valoren más: Primero, no siempre lleves una sonrisa en el rostro; sonreír constantemente es como pedir disculpas. Mantén una expresión facial tranquila y una mirada neutral. La bondad sin límites solo atraerá desprecio. Segundo, haz los movimientos despacio y con calma; los movimientos apresurados revelan nerviosismo. La calma muestra control, lo que significa que conoces bien tu propia fuerza. Tercero, habla de manera concisa y poderosa; lo largo pierde fuerza. Una expresión precisa captura la atención. Debe ser aguda y breve para ser escuchada. Cuarto, menciona el nombre de la otra persona solo una vez. No es necesario repetir ni complacer. Mencionarlo una vez es suficiente para establecer presencia. Quinto, no compartas en exceso; revelar demasiado disipará tu brillo. Mantén partes que son intocables; el misterio genera peso. Sexto, todo comienzo tiene un final. Los que solo hablan se desvanecerán, los que inician desaparecerán; solo quienes persisten serán recordados. Séptimo, mantén tu postura. Las personas siguen la llama, no la zona de confort. Cuando te mantienes firme, ellos lo perciben. Si ignoras estos puntos, nunca te tomarán en serio.